Cuando arribé a Cobán a mitad de noviembre de 1888, ya existía el Club Alemán, sin estatutos. Ya existía el boliche, así también un piano y con regularidad se reunían los jóvenes el sábado en la noche para entretenerse, tomar cerveza, jugar boliche, cantar, en otras palabras, para divertirse.
Cuando en diciembre oficialmente se fundó el Club Alemán, para las mismas fechas me encontré con E.P. Dieseldorff en Las Pacayas, cerca de San Cristóbal para realizar excavaciones y luego de esto me hizo socio en enero de 1889. En este tiempo hubo muchos jóvenes alemanes interesados en la música y por consecuencia se hizo mucha música, especialmente para cantar canciones populares y estudiantiles, por eso insistí en comprar algunos libros con estas canciones y lo hicieron.
Se utilizaron mucho, y, poco a poco enseñé todas mis canciones queridas; luego de mucho cantar se hizo una protesta, 10 años después, cuando unos jóvenes recién venidos, se opusieron, sin embargo, eso no cambió sino hasta mi salida, en 1900. Ahora también se canta mucho y se hace teatro. Una personalidad especial en el campo de la música en 1889 y los años siguientes fue el Señor don Carlos Sauerbrey, quien murió en la capital en 1937; él llegó a Guatemala más o menos en el mismo tiempo que yo. Don Carlos tocaba el piano muy bien y tenía un gran sentido para el ritmo; por eso, en las reuniones del día domingo con tío Dieseldorff muchas veces fue invitado al baile, él y su música. Muchas veces tocó con fantasía y cuatro personas mas las cuatro estaciones de Vivaldi, lo que no había oído antes con Willi Dieseldorff junior y le dio el ritmo exacto. Por lo general eran bailes.
Las reuniones en casa del tío anciano Sauerbrey muchas veces fueron inauguradas con la marcha del cocktail y después siguió pronto a beber el trago querido, ofrecido por el amo de la casa.
Agusto Helmrich varias veces cantó en el Club Alemán con su bonita voz de barítono, acompañado por el pequeño Willy o por mí. El primero fue también bien violinista y tocó varias veces en el Club Los Sonetos de Mozart; lástima que se murió muy joven. En la noche buena de 1888 mi hermano invitó a todos los alemanes jóvenes a Chimax para tomar cerveza y al final todos fuimos a la misa de Gallo. En este tiempo, los indígenas como de vieja costumbre habían encendido un fuego frente a la iglesia, los indígenas saltaron el fuego, según viejas costumbres paganas y así lo hicimos también mi hermano y yo.
En 1890 y la primera mitad del siguiente año, trabajé en Campur y Chiacam, por lo que llegué muy poco al club. Después pasé siempre la primera mitad del año en viajes y me hice un visitante fiel el resto del año. A finales de 1890 mi hermano regresó de viaje de Alemania con su esposa Charlota de Sapper, quien dio nueva vida al club, en el cual de vez en cuando cantó como soprano y también se presentó como una actriz excelente. El co-actor y un buen actor por lo general era Augusto Helmrich, pero quien nunca sabía su acto literalmente, así que mi cuñada muchas veces tenía que hacer una improvisación para sacarle del apuro, lo que ella fácilmente podía hacer. Llegó en 1890 el señor Ricardo Schilling un tocador del violonchelo a Cobán; y, el señor Heinrich Beherens se había manifestado como buen tocador de violín y me invitó a formar un cuarteto, bajo la dirección de don Rouge, profesor de la casa Thomae (Mauricio), en este cuarteto yo toqué la viola. Por causa de que todos, excepto el primer violín, eran medianos tocadores, pedí a mi padre (August Sapper) hacernos partituras simples y lo hizo; así tuvimos la oportunidad de alegrar las fiestas del club. Por lo demás don Rouge formó un coro de voces masculinas el cual dirigió con mucha paciencia, así hubo bastante variedad durante varios años en el campo de la música.
También hubo juegos populares y de vez en cuando picnics fuera de Cobán, habían grandes festividades, por ejemplo, cuando el presidente de la República vino de visita a Cobán o cuando Reina Barrios arribó a la ciudad para la inauguración del Ferrocarril Verapaz, los socios del club le acompañaron con antorchas al salón del club, mientras los dos alemanes más altos escoltaron al pequeño presidente. Gran impresión me hizo la conmemoración de la muerte de Bismarck (Otto von Bismarck), cuando llegó la noticia, mi hermano como cónsul había informado a las autoridades y el jefe político mandó a poner a media asta la bandera en todas las oficinas oficiales. En la noche vinieron todos los oficiales al club y escucharon las palabras de mi hermano como cónsul y del jefe político.
Don Jaquet, un genio para tocar el piano, tocó la marcha fúnebre de Beethoven, y yo tenía que darles la vuelta a las páginas, pronto me di cuenta que había perdido el hilo, así que di vuelta solamente por cumplir y el hizo una improvisación.
Ya Adrian Rösch describió los hechos del club pintado de una manera muy vivida en su libro “Allerlei aus der Verapaz” que yo solamente puedo agregar pocas cosas a mis memorias.
Hola ! Se sabe si quedo una lista de los todos los miembros del club desde su empieso hasta los ultimos años ? Y si si como ver estas listas de nombres ?
Buenas tardes Clara;
En el libro de Almas Gemelas de Ricardo Terga hay un listado detallado de los miembros y las fechas en que ingresaron al Club.
Saludos
Miu interesante relato, lástima que Ubicó expulsó a los Alemanes, para Guatemala sería otro cantar si estuvieran todavía.