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Colección Molina Sosa & Scs.

CARLOS MOLINA AGUILAR

Carlos Molina Aguilar nació en Cobán el 4 de noviembre de 1864. Sus padres Lorenzo Molina y Petrona Aguilar, dieron una sólida educación a su hijo que lo llevó a destacar en diversos campos. Fue conocedor de las leyes lo que le permitió desempeñarse como Secretario del juzgado de Paz de Cobán y luego a trabajar para algunos bufetes. Además, se desempeñó como administrador de algunas fincas de alemanes, como Chimax, lo que acrecentó su relación con esta cultura. Es recordado como una persona culta en la sociedad cobanera de principios de siglo, fue fundador de la Sociedad de Artesanos, que en un inicio tenia fuentes inclinaciones a los escénicos y más delante de la Sociedad de Beneficencia, en 1903 [3]. Su último oficio de tipógrafo[4] fue una actividad que proveyó los recursos necesarios para la familia, ya que la música era para su crecimiento espiritual. Vivió en una sociedad muy estratificada, en ella los alemanes construyeron un mundo aparte. Acostumbraban grandes fiestas en fincas como Trece Aguas, Secancin y en el mismo club alemán. Molina Aguilar fue uno de esos personajes de la sociedad verapacense que ingreso con facilidad a ese mundo, llegó inclusive a ser miembro del referido club. Al parecer la música fue uno de esos vehículos de acercamiento y así debió ser con un sector de la sociedad.

En escasas y cortas ocasiones salió de la región. Carlos Molina Aguilar se casó con   Josefa Sosa Ponce, el 11 de julio de 1899, procreando 9 hijos: Zoila (Laly), Javier, María Jovita, Luis Ángel, Isaura (Chagua), Zoel, Rogelia, Margarita (Lity) y Carmela. Sus nietos Beatriz y Zoel Valdez cercanos en sus últimos años de su vida, le recuerdan como una persona religiosa, trabajadora y disciplinada, además de mostrar una gran pasión por la música. Leía y recibía diarios del país y de otros lugares (Las Tres Américas, La Ilustración Ibérica, y otros), de los que hacía recortes cuidados y empastaba [5]. Comentan que su principal actividad era relacionada con los oficios religiosos, “con una biblia en un brazo y el libro en la otra”[6]. Tenía una orquesta que tocaba en la iglesia de Cobán siendo el director Carlos Ponce Archila[7]. Le acompañaba Emiliano Molina, que ejecutaba el contrabajo; Pedro Hun el Violín y Carlos y su hermano Zoel la flauta, al igual que Tiburcio Caal. Celso Narciso (hermano de Vicente) formo parte del conjunto, y para las bodas de oro de don Carlos y doña Josefa Sosa, interpretaron La Traviata. Don Carlos fue muy amigo de Don Carlos Ponce, conocido por el mote de “Tatáca”, como el mismo pedía que le llamaran, jovial y siempre sonriendo, también cercano a la iglesia. Fue director de la sociedad de Beneficencia. Su hijo Carlos Ponce Archila tocó después con don Carlos.

Carlos Molina Aguilar era disciplinado y metódico. Destaco como violinista y flautista. Una persona exigente, pero a la vez de gran corazón, bondadoso y cuidadoso. Sus nietos señalan una infancia de gran felicidad. La música siempre en casa, el piano, partituras, y las visitas intelectuales imprimían un carácter especial al recinto. Su casa era famosa porque ahí se hacían los rezados, en donde la música lucia. En la búsqueda de ampliar su perfil, agregan, es recordado por los globos que fabricaba. En ellos ponían leyendas alusivas al día que se le festejaba. Los eleva cada hora a un acontecimiento. Los domingos se reunían las familias cobaneras en el Parque Las Victorias, asistían los Ponce y los Sierra, también movidas a la música. Recuerdan igual los domingos en casa, loterías, bingos y otros juegos de mesa, aunque él siempre daba notas muy serio. Cuando estaba enojado guiñaba el ojo, y ya mayor perdió el oído. Grandes y variadas son las virtudes, “fue una casa donde no faltó la comida”.

[3] En la sede de este lugar es posible encontrar su fotografía que le distingue como fundador y un personaje importante de la sociedad cobanera.

[4] Es probable que debido a ello casi todas las obras de este maestro se encuentran selladas con su nombre.

[5] Tenemos entendido que su hija María Jovita dono estas misceláneas a la Hemeroteca Nacional de Guatemala. Su nieto Zoel Valdez señala que dono una buena cantidad de su colección al Conservatorio Nacional de Música.

[6] Este interés por lo científico se refleja al seleccionar como nombre un himno de su autoría como La Ciencia(c-53), escrito a tres voces con clarinetes, pisto y bajo. Y fechado “Cobán, marzo 1899”

[7] Autor de “Lorito de Verapaz” famosa obra que muchas veces le atribuyen dominio popular, y cuya letra recuerda Beatriz es de Antonio Vidal.

Fuente:

Un archivo de música en la Verapaz 

La colección de Carlos Molina Aguilar entre los siglos XIX y XX

 ALFONSO ARRIVILLAGA CORTÉS