Cartas de Erwin P. Dieseldorff | Carta #26

Senahú, 27 de abril de 1889

 

Aunque no tengo mucho que escribir, te quiero hacer saber dónde me encuentro y que me va bien. Desde que te escribí la última vez no ha pasado nada nuevo en Cobán. En los días de Semana Santa estuve en Sasís, Chicacao, Setzac. Estas tres fincas están en el camino a Senahú . De Setzac tuve que regresar a Cobán. Sasís le pertenece a Hermann Helmrich y a von Nostitz; Chicacao a Leipprand y al señor Eyssen en Guatemala; Setzac a un guatemalteco, Don Jacinto Arriaga. En todas partes me recibieron muy amablemente. A mi regreso a Cobán organicé un viaje a Senahú en tres días con el Jefe Político. En este lugar hay una sucursal de H.R. Dff. & Co. y sus dependientes son un alemán, Max Porsche, y un guatemalteco Matías.

Senahú no es muy grande, pero está ubicado en un clima sano y rodeado de maravillosas filas de montañas verdes y escarpadas. La tienda está en la plaza y es la casa más decente de Senahú. La plaza (mercado) está cercada en un costado y en los otros dos en parte por ranchos, construidos a la manera usual de los nativos, es decir paredes de barro y techo de paja, que permite una especie de corredor delante del cuarto. Estas casas son muy primitivas,  el techo y los cuartos están compuestos de materiales forestales, de manera que los mosquitos y otros bichos entran libremente en la casa.

 

Sucursal H.R. Dieseldorff & Co. Senahú, A.V.
1890-1900 aprox
Colección 13 aguas

 

Por lo general, estos ranchos sólo tienen un cuarto, a veces dos, y cuando son muy elegantes, tres. En el cuarto costado de la plaza hay un prado. En el centro de este miserable mercado hay una hermosa pila con una fuente. Un extraño sentimiento, ranchos y fuente, ¿ verdad? Senahú está a 3,100 pies sobre el nivel del mar, Cobán a 4,300.

El miércoles salí a caballo con el Jefe Político y acompañantes, almorzamos en San Pedro y dormí en Chicacao. El jueves subimos la cuesta de Rubel Cruz hacia Arenal (almuerzo) y por la noche hacia la gran finca Serritquiché, que pertenece a un francés, Don Antonio Adiens, un hombre muy corriente. Su alemán se reduce a las palabras:

“Ein Glas Bier, Gott verda-amt”

[“un vaso de cerveza, por Di-ooos”], con las que nos saludó en la mesa.

Don Adiens vino aquí sin dinero; a su hermano, un tipo muy malcriado, le pegaron una vez las autoridades locales de Senahú y, para callarle la boca, recibió un regalo de 200 caballerías de tierra, que ahora tienen un gran valor: 600,000 marcos. La tierra está subiendo muy rápidamente de valor. Me alegraría mucho si el señor Sohle aprobara mi petición, ya que por aquí y por allá todavía se puede comprar tierra barata del gobierno, mientras que en dos años eso ya no será posible.

De Serritquiché sólo hay una hora y media a Senahú. Hoy cabalgaré con el Jefe Político a una finca,[1]  que le pertenece a un  norteamericano, Mr. Kensett Champney. El Jefe sale mañana a caballo a Panzós, yo regresaré en uno o dos días a Cobán.

Mis viajes rápidos que han seguido uno al otro, tienen por objeto conocer terrenos que todavía se pueden adquirir y para evaluar fincas y familiarizarme con las ventajas y desventajas de este departamento. Creo haber acumulado ya suficiente experiencia. Sin exagerar, he visto más de este país y fincas que cualquier otro finquero de este lado, y puedes creerme que he acumulado experiencia a través de mis viajes.

 

[1] Sepacuité

*. Las fotografías presentadas, no pertenecen a la historia, se emplean con fines ilustrativos.

Más info: Cartas de Erwin Paul Dieseldorff 

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