Por: Ruud van Akkeren
En 1909, el finquero alemán Paul Wirsing recogió la versión más antigua del mito La historia de Sol y Luna, B’alam Q’e y Qana Po. Su informante fue un flautista (ajsu) y tamborista (ajq’ojom), llamado Juan Caal. Paul o Pablo Wirsing tenía su finca por Cubilwits. Juan Caal era vecino de la aldea Halicar y dictó la narración a Wirsing en la hacienda de Yalpemech, lugares todos ellos de la Franja Transversal, norte de Alta Verapaz. Wirsing vendió el documento, en 1956, a Herbert Quirin Dieseldorff, quien lo tradujo y publicó (1966).
El Señor Cerro-Valle o Qawa Tzuul Taq’a tenía su palacio en una cueva, donde vivía con su hija Po, la linda doncella Luna, a quien cuidaba muy celosamente. Cada día, después de sus trabajos domésticos, la hija se dedicaba a tejer frente a la casa. En eso estaba, cuando pasó un joven cazador, B’alam Q’e, Sol Escondido. Era un hombre del monte (k’iche’). B’alam Q’e vio a Qana Po y se enamoró de ella, ¿Cómo ganar el interés de la muchacha? Le mostraría su destreza como cazador y que su flecha siempre alcanzaba presa. Pero el problema fue que durante varios días no cazó un venado. Por eso decidió llenar un cuero de cabrito (yuc) con paja, pino y ceniza, y así fingía que siempre retornaba del bosque con una presa. Qana Po señaló al cazador a su padre. El viejo Señor Cerro-Valle tuvo sus dudas sobre el cabrito. “Tira tu agua del nixtamal en el camino”, dijo a su hija. Entonces, aquel día B’alam Q’e pasó por la casa, distraído, con su vista fija sobre la muchacha. No vio por dónde caminaba, se resbaló y cayó frente a su bien amada. La piel del cabro se reventó… y se regaron por el camino paja, hojas y ceniza. La risa de la muchacha llegó a su oído; y con gran vergüenza en su corazón, B’alam Q’e se escapó.
Pero dentro de la ceniza había una semilla de tabaco, la que empezó a brotar en la orilla del arroyo que salía de la cueva. Creció y floreció. B’alam Q’e, que continuó enamorado de la doncella, notó la mata y se fue con el colibrí (tz’unun) para pedirle prestadas sus plumas. Transformado en colibrí, se fue a chupar la dulce miel de las flores del tabaco. Qana Po, que estaba tejiendo, se deleitó con el hermoso pajarito, y pidió a su padre que le disparara con su cerbatana, pero suavecito, sólo para adormecerlo y evitar matarlo. Por el impacto del bodoque, el colibrí cayó del cielo, la muchacha lo recogió y lo escondió debajo de su huipil. Mientras tanto, confeccionó la imagen del colibrí en su tejido.
Al llegar la noche, buscó su dormitorio y se acostó con el pajarito contra su pecho. A media noche, B’alam Q’e se convirtió de nuevo en hombre, mostrándole su virilidad. Le dijo que quería que se fuera con él, pero Qana Po le explicó que su padre tenía un espejo con el que registraba todo lo que pasaba sobre la superficie de la tierra. B’alam Q’e quemó ocote y ahumó el espejo hasta dejarlo negro por el tizne. Qana Po agregó que su padre tenía también una cerbatana mortal, con la que los podía matar en cualquier momento. B’alam Q’e llenó el tubo con polvo de chile seco. Así, pudo fugarse la pareja de la casa.
Al amanecer, el Señor Cerro-Valle no encontró a su hija. De inmediato sospechó del colibrí. Tomó su espejo, pero no miró nada, pues toda la superficie estaba oscura, menos una esquinita, por la que B’alam Q’e había cogido el espejo. Así el Señor Cerro-Valle se dio cuenta de que ya iban por la orilla de una laguna. Agarró su cerbatana para dispararles. Succionó con todo su esfuerzo, lo que provocó que el chile bajara rápidamente a su tráquea. El hombre se tiró en el suelo, ahogándose y casi muriendo. Tosía como loco y sólo poco a poco se recuperó. Finalmente, solicitó la ayuda de Qawa Kaaq, Señor del Rayo. Le contó la historia y Qawa Kaaq se encubrió en una nube negra y se fue en persecución de la pareja, lanzando rayos con su hacha (xmaal).
En la orilla del mar, Qana Po y B’alam Q’e escucharon el trueno, que identificaba la cercanía del Señor del Rayo. Buscaron dónde esconderse. B’alam Q’e pidió ayuda a una tortuga (kok), se ocultó bajo su caparazón. Qana Po lo hizo bajo el caparazón de un armadillo (ib’ooy). La tortuga inmediatamente se hundió en el fondo del lago. Como el armadillo no sabía nadar, fue víctima fácil del hacha del Señor del Rayo, quien lo hizo pedazos, e igualmente a la muchacha.
La sangre de Qana Po se difundió sobre la superficie del agua, dejándola con un color rojo. Al siguiente día, los pececillos (kok kar) estaban chupando los residuos de Qana Po. B’alam Q’e pidió la ayuda de las libélulas (ajtulun) que juntaron los restos de su amada. Llenaron 13 tinajas.
B’alam Q’e dejó las tinajas bien tapadas con una anciana que vivía en la orilla del lago y le pidió que no las tocara. Mientras tanto, se fue durante 13 días. Pronto la anciana escuchó sonidos en las tinajas. Ciertamente, allí estaba naciendo algo. Cuando regresó B’alam Q’e, encontró a la anciana desesperada por los ruidos espantosos. Destapó un poquito la primera tinaja y allí se deslizaba toda clase de serpientes; la segunda tinaja tenía lagartijas, iguanas, niños dormidos, etc.; igual con la tercera y cuarta tinaja: sólo encontró animales ponzoñosos. En las otras tinajas había arañas, vampiros, tarántulas, alacranes, ciempiés, chajales. Pero no estaba su querida Qana Po. Fue hasta destapar la decimotercera tinaja que la encontró, brillante y blanquísima de cuerpo.
B’alam Q’e mandó tirar las tinajas en el lago, pero el hombre encargado de la tarea entró en curiosidad, abrió una y se asustó tanto, que dejó caer toda su carga y así escaparon los animales venenosos sobre la superficie de la tierra. Mientras tanto, B’alam Q’e se había dado cuenta que a la hermosa Qana Po le faltaba su sexo. Entonces, la dejó acostarse en un plano entre dos cerros, ahí su cuerpo fue pisoteado entre sus piernas, primero por el cabrito y luego por el venado, quienes dejaron con sus pezuñas los contornos de la vulva.
Por fin, llamó al ratón para que orinara sobre el sexo de Qana Po, lo que le dio el olor que todavía tiene. Satisfecho, B’alam Q’e tomó la mano de Qana Po y la llevó al cielo como su esposa. Fin.
En otras versiones del mito, B’alam Q’e, Sol Escondido o Sol de la Noche, tiene el nombre Saq Q’e, Sol del Día. Hay también variantes en las que B’alam Q’e deja a la Señorita Luna en una cueva, donde se convierte en maíz. Para un estudio detallado del mito y sus variantes.
Extraído del libro “Xib’alb’a y el nacimiento del nuevo sol: Una visión posclásica del colapso maya” de Ruud van Akkeren.
Ruud van Akkeren es un antropólogo, etnohistoriador y escritor holandés, especializado en los documentos indígenas del altiplano de Guatemala, tales como el Popol Vuh, el Rabinal Achí y el Memorial de Sololá. Aprendió k’iche’ y kaqchikel para poder estudiarlos en su idioma original.
Quisiera saber mas informacion de Paul Wirsing
Buenas noches Julieta;
De momento es la única información con la que contamos, no hemos podido encontrar alguna biografía adicional más que en el libro de almas gemelas de Ricardo Terga, y con estas 2 únicas fotografías.
Puede encontrar la fotografía del fondo en el álbum titulado Época Alemana, saludos.
Conocí a Paul Wirsing, en Cobán, por el año 1960, entrando al almacen El Gallo, ya se veía una persona bastante mayor, vestía pantalón de gabacha azul y sandalias. Lo acompañaba unos
jovenes quekchis. Mis tías Villela, en su juventud lo conocieron en Coban, recien llegado de Alemania y contaban que bailaba muy bien. Años despues, algún miembro de la familia, en camino a San Lucas, una de las fincas de la familia, lo veían ocacionalmente. Lo último que supe, alrededor de 1980, un familiar supo que había una valija con documentos en aleman. Ojalá esos documentos se hayan guardado. Carlos Daetz Villela, del almacen El Gallo siempre tuvo contacto con él, pero ya no estaba en Coban cuando se supo de la valija. Historias que uno se entera de los ultimos alemanes de Coban.
Buenas noches Ileana;
Dicha valija contenía más de 25 cuadernos con notas y apuntes acerca de sus investigaciones y vivencias en su Finca Cubilwitz.
Las entregó a Esteban Haeserijn (Ak' Kutan) y de allí es que tenemos varios cuentos y relatos, tal es el caso de La Leyenda del Sol y la Luna, en el cuaderno 7 u 9 hay varias versiones o modificaciones de este mito. Saludos
Excelente trabajo.
Dejo dos preguntas que siempre he hecho.
1. Sobre el pueblo Maya Q'eqchi' existe un traje propio de este pueblo.
2. Existe una raíz única para todos los idiomas mayas?
Saludos desde el Sur de Petén.
Buenas noches Edwin;
En el álbum de Cobán de antaño puede encontrar el traje "típico" del hombre Q'eqchi' en 1885.
Para su segunda pregunta, quizas el colaborador Ruud van Akkeren pueda contestarle, nosotros unicamente compartimos el interesante relato, saludos.