Por: Alan K. Fairhurst
Robert Theodore Hempstead, o “Hempy”, como se le conocía, nació en la casa familiar en el pueblo de Cobán, al norte de Guatemala, el 25 de mayo de 1912, hijo de Robert Weir Hempstead y María Luisa Dieseldorff de Hempstead. Fue el segundo de cinco hijos y el primer varón. La familia materna había emigrado a Guatemala desde Alemania vía Londres, Estados Unidos, y luego Belice a principios de la década de 1860, y se convirtieron en pioneros del naciente comercio del café en el país.
Los antepasados de su padre emigraron del condado de Essex, Inglaterra, a Norteamérica en la década de 1640 con la colonia John Winthrop de New London, Connecticut. El bisabuelo de Hempy, Christopher, fue enviado como agente de una compañía naviera de la ciudad de Nueva York a Honduras Británica (Belice). Su padre, RWH, nació en Belice y emigró a Guatemala en 1899 como aprendiz de 18 años en una empresa cafetalera en la región de Alta Verapaz, Guatemala.
Hempy pasó su primera infancia principalmente en la Guatemala rural, en las diversas fincas cafetaleras que su padre había adquirido a lo largo de los años. Asistió a la escuela secundaria Morristown en Nueva Jersey, donde destacó en deportes que no había practicado durante su infancia. Mientras estudiaba en la Universidad Wesleyana, su padre falleció y Hempy finalmente regresó a Guatemala.
Es importante comprender cómo esto pudo haber afectado a un joven de 20 años, que heredó repentinamente la responsabilidad de administrar varias fincas de café en diversas etapas de desarrollo y finalmente logró el éxito junto a su madre, recientemente viuda. Los innumerables desafíos que enfrentó Hempy sin duda galvanizaron su carácter, su profunda determinación y su afán por luchar siempre con ahínco por lo justo.
Hempy y dos amigos angloguatemaltecos, John Gordon Smith y Denis Scott Koester, decidieron viajar a Nueva York para ofrecerse como voluntarios en el Consulado Británico; todos ansiosos por volar. Frustrados por los retrasos en el Consulado, se les animó a viajar a Canadá para alistarse allí. Es importante tener en cuenta que Estados Unidos aún no había entrado en la guerra.
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Excelente bitacora para seguir aprendiendo sobre la historia de las Verapaces, principalmente de un cobanero. La historia proporciona el sentido de quiénes somos como pueblo, las experiencias compartidas, las luchas, los triunfos y las tradiciones forman el núcleo de la identidad nacional y cultural. Sin historia, un pueblo carece de raíces, referencias propias y de aprendizaje . Como decía Cicerón: "La historia es maestra de vida"