Por Julio Rossignon
Creernos, pues, que el Supremo Gobierno de la República tiene un inmenso interés en establecer en el país cátedras donde se enseñen con la mayor perfección los conocimientos necesarios para formar buenos ingenieros civiles, pues es muy sensible ver que se carece de sujetos capaces de levantar planos, formar mapas, hacer estudios hidrográficos y tantos otros que siempre se recomiendan extranjeros los cuales, hablando con franqueza, no tienen siempre las capacidades que el caso requiere. Ya se han hecho varios mapas de la república y de las demás secciones de Centroamérica, y hasta ahora no puede decirse que haya uno casi exacto.
De esta falta de ingenieros verdaderos resulta que los caminos y los puentes cuestan sumas enormes y quedan aún imperfectos; que muchas veces se piensa hacer un camino más breve, se abandona el viejo que parecía defectuoso y lo era en realidad, y se emprenden trabajos costosos que no corresponden al objeto que se tenía propuesto estos mismos trabajos habrían podido hacerse para componer el antiguo muchos ejemplos pudiéramos citar en comprobación de nuestro aserto. Así, existe un camino real de Cobán a Tactic, en su mayor parte transitable por carretas, y de Tactic hasta Telemán sigue el camino real, presentando algunos obstáculos que nada tienen de insuperables; pues sería un absurdo pensar que existiendo ya esta vía se emprendiese otra nueva, so pretexto de ser más recta: quizá costaría cuatro tantos de lo que haya de invertirse en componer la primitiva.
La Verapaz tiene dos puertos excelentes sobre el río Polochic, Telemán y Panzós. El primero es, sin ninguna contestación, mucho mejor que el segundo; es más cerca y no necesita de muelle para el embarcadero. En Panzós existe, desde la playa del río hasta el suelo firme, una distancia de doscientas varas, poco más o menos, de ciénaga, lo que hace muy dificultoso el desembarque de los efectos. Es verdad que este defecto se puede corregir; más hay que advertir que los puertos del Polochic serán, durante mucho tiempo, solamente útiles para la exportación, y en este caso, Telemán deberá ser preferido, pues no es lo mismo bajar el río que subirlo, y de Telemán a Panzós el camino de cuatro leguas que existe hoy día, atraviesa un terreno pantanoso, de muy difícil tránsito, y a una legua de Panzós hay que atravesar el río de Boca-Nueva, que a veces sale de madre y donde no podrán pasar carretas; habría, pues, que hacer un puente y este gasto se evita embarcando directamente los productos agrícolas en el puerto de Telemán; una noche basta para bajar por el río, de Telemán á Panzós.[1] Se ha dicho, con el fin de dar mayor crédito al puerto de Panzós, que el Polochic forma muchas vueltas al partir de Telemán, que hay muchos palos botados en su cauce. Pues bien, esto quiere decir que la limpia del río es necesaria y lo es no solamente desde Telemán sino también en muchos pasos desde Panzós hasta las bocas, y es trabajo que no costará mucho si se hace con alguna inteligencia. Entonces la república podría contar con un río verdaderamente navegable y con una vía de comunicación tan cómoda como rápida.
En este país, como en todo el mundo, cuando se trata de hacer un camino nuevo, de colocar un puente, de fundar un puerto, elévanse por doquiera pretensiones de toda clase; el localismo, los intereses privados, trabajan a porfía para desacreditar tal proyecto o encomiar cual otro; y más de una vez los gobiernos no han podido conocer dónde estaba la razón, la conveniencia pública, la verdadera justicia. Es una de las dificultades que siempre costará mucho vencer, cualquiera que sea la reforma de los gobiernos, y sobre todo, en lugares apartados de la capital, conocidos muy superficialmente y por personas poco idóneas; es a nuestro juicio, lo que ha sucedido con respecto al puerto de Panzós, que pretende tener la preferencia sobre Telemán; puerto que no ha sido visitado hasta la fecha por ningún alto funcionario del gobierno.
Se han encargado últimamente comisiones para estudiar un camino directo desde San Pedro Carchá hasta Panzós, a personas que carecen de los primeros conocimientos en la materia y que desempeñaron su cometido casi por fuerza,
¡haciéndose cargar en el camino por los indigenas!
Sin embargo, no estamos ya en los primeros tiempos de la independencia, cuando creyéndose que el Petén era un puerto, ya se habían hecho nombramientos de capitán de puerto, administradores, vistas, etc., etc. Estas cuestiones son vitales, el porvenir de la república en general y el de la Verapaz en particular, dependen de su solución; y se me perdonará a mí, simple particular, pero verdadero amante del país, haber llamado un instante la atención del público, demasiado inclinada al Pacífico, hacia este lado de la república, el que mira a la Europa, y que, merced a los adelantos de la navegación, puede, con tanta facilidad como prontitud, importar cuantiosos productos en el continente viejo.
La Verapaz puede por sí sola producir dentro de pocos años tanto café como la República de Costa Rica y con la ventaja de una exportación más pronta y más económica. Puede competir con Los Altos en el abastecimiento de granos, puesto que una considerable porción de sus terrenos se presta a la siembra de trigo.[2] Más aventajado todavía que aquella república floreciente (la de Costa Rica), el vasto departamento da Verapaz tiene gran número de productos propios para la exportación, como lo vamos a ver en lo de adelante.
La fertilidad de las Verapaces, a pesar de algunos detractores que quizá no la han recorrido jamás, es casi proverbial en el país. La Verapaz produce todas las plantas que se cultivan en los demás departamentos, y además un gran número de vegetales que le son peculiares.
Toda la llanura de Salamá es propia para el cultivo del nopal y de la caña de azúcar. Regado convenientemente el suelo de Salamá, que parece árido a primera vista, produce toda clase de plantas útiles y que uno se admira de ver crecer en semejante terreno. Las mejores uvas que he visto y probado en el país se dan en Salamá; y he visto, con el mayor asombro en _la huerta de un amable sacerdote, unas coliflores que hubiese podido figurar dignamente en una exposición de horticultura de Londres, de París o de Nueva York. La Verapaz produce a la vez trigo y arroz: no hablo del maíz pues es siembra que nunca falta en el departamento: papas y yucas; y hay regiones, como Cobán, donde estos productos opuestos, en razón del clima adecuado a cada uno de ellos, se dan simultáneamente en el mismo terreno.
Muchos árboles frutales de la Europa templada pueden aclimatarse en Cobán, San Pedro Carchá, Tactic, Santa Cruz, Purulhá y demás lugares fríos: particularmente los árboles de la familia de los duraznos ciruelos albaricoques, cerezos, etc. Las frutas de pepita no prosperan tan bien en aquellos lugares, tal vez por la mucha humedad de la atmósfera o porque el frío no es bastante intenso para que su vegetación se detenga. Sin embargo, hemos visto un manzano dar frutas en Cobán. Quizás injertado el manzano y el perote en el manzanillo o en el membrillo se obtendrían buenos resultados. El almendro parece debe dar algún producto, según lo estamos experimentando y el cultivo de este precioso árbol sería de mucho provecho. Es necesario, con todo, preservarlo de un exceso de humedad, colocando en el fondo de los hoyos donde se trasplantan, piedras, escombros o ripio, como se llama generalmente, lo que forma para cada árbol una especie de drainage o de desagüe. La viña debe producir igualmente frutos, si se siembra en laderas, en lomas pedregosas y a la exposición del mediodía. Las parras sembradas al pie de los pilares de las casas, al abrigo de la lluvia y dirigidas en cordón debajo de los corredores y a la exposición sur (siempre se debe evitar la exposición al norte), deberán dar excelentes uvas.
En todos los montes abunda la viña silvestre; más es particularmente en Salamá, donde las parras adquieren el mayor vigor y dan un fruto exquisito. No dudamos que el cultivo de la viña debe producir en la cabecera del departamento más que un nopal, según cálculos que hemos hecho varias veces, sobre todo, si se cultiva para uvas de mesa, las cuales se venden a un precio elevado en la capital de la república.
La morera halla en Cobán el terreno y el clima que más le convienen: las estacas de este precioso árbol retoñan con la mayor facilidad y a los dos años producen árboles casi tan fuertes como los que las han suministrado. Las hojas toman un desarrollo admirable. No dudamos que el lúpulo se aclimataría perfectamente en Verapaz, pues se sabe que esta planta, indispensable para la fabricación de la cerveza, requiere un suelo profundo, húmedo y una atmósfera igualmente cargada de vapores acuosos.
Todas las legumbres de Europa se pueden cultivar en la Alta Verapaz. El café, renglón de agricultura hoy en furor en todo Centroamérica, se cultiva en toda la Verapaz y especialmente en la Alta. El café de Cobán, apreciado ya en Europa, será, a pesar de todo lo que se ha dicho uno de los mejores de Centroamérica. El cafeto crece con menos prontitud que en la costa; pero es más vigoroso, se carga más y dura mucho más tiempo. Sin embargo, las personas que deseen obtener mas pronto una cosecha de este grano valioso pueden cultivarlo en la parte E. de la Verapaz Alta, con dirección al río Polochic. El cafetal de los señores Ortiz, cerca de San Miguel Tucurú, es una brillante prueba de lo que indicamos y suficiente para alentar a los más tímidos.
Cerca de Cobán, en Santa Cruz, los indígenas cultivan el maguey de pita y fabrican excelentes costales, hamacas, lazos, etc. Lo mismo en San Cristóbal. Si, como lo esperamos, este cultivo toma bastante desarrollo se podrán conseguir a un precio módico suficientes costales propios al enfardo del café. Es renglón de agricultura de los más sencillos y que podrá hacer la riqueza de los pueblos que se dedican a él. El lino crece hermoso en toda la Alta Verapaz y hasta en Salamá, según lo he podido observar en casa del señor cura D. Pedro Diez.
[1] Hemos visto con el mayor placer en la Gaceta Oficial (número 75, tomo XII) un acuerdo del Supremo Gobierno, en el que se admite la propuesta del la construcción de un puente sobre el río Chisoy en el departamento de Verapaz (S. O.). Este puente facilitará la comunicación en los pueblos de los Altos y la Verapaz; se colocará en el camino que del pueblo de San Cristóbal conduce al de Güegüetenango y permitirá la transportación de los productos de la parte E. de los Altos por los puertos del Polochic. Ahora no falta más que un puente de igual construcción en el rio Chaxcó de la Hamaca, entre Chamiquin y Telemán; puente tanto más necesario, cuanto que dicho rio es muy caudaloso durante el invierno y tiene fuertes crecientes.
[2] Todavía se importan en la república más de veinte mil pesos por año en harina del Norte. Esta harina se consume en el departamento de Chiquimula, en el distrito de Izabal, y en una parte de Verapaz.
Referencia:
Memoria dedicada al consulado de comercio de Guatemala. Anales de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala Tomo XXXII, 1959
*. Las fotografías mostradas únicamente son una forma de ilustrar los texto y no corresponden al relator.
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